Abstract
Cada vez más gente se enchufa y entra en la cadencia digital y en los símbolos mediáticos. El artículo afirma que las innovaciones tecnológicas precipitan saltos en la industria cultural, y que éstas se convierten en el escenario de una disputa por la voz y la interpelación, en una batalla por la visibilidad. Afirma también que la convergencia digital confluye con la convergencia del dinero. Y se pregunta, ¿cómo entramos, en calidad de latinoamericanos, a la globalización cultural?, para responder que los flujos del dinero pasan por la vereda de enfrente; pero que está en nuestras manos singularizar y pluralizar nuestra mirada