Abstract
Hernán Cortés, el conquistador de México, llevó a cabo sus conquistas entre 1519 y 1525. En esos años mantuvo una intensa relación epistolar con el emperador Carlos V, a quien dirigió sus Cartas de relación y muchas otras cartas y memoriales. A su vez, el emperador premió a Cortés con vasallos, títulos y honores. Sin embargo, al pasar de los años, cuando Cortés se estableció en la Nueva España, esa relación epistolar, que al principio fue muy fructífera, al final se convirtió en una molestia por las continuas quejas y reclamos del conquistador. Así, entre 1530 y 1547, después de los años de gloria, la relación entre Cortés y el monarca se tornó lejana y complicada. En este trabajo se analizan algunas de las cartas que Hernán Cortés envió al emperador y se hace una reflexión sobre la importancia de su figura en la España del siglo XVI, así como la relevancia de una relación, la del emperador y el conquistador, que cambió la faz del mundo entonces conocido.