Abstract
El embrión, para los estoicos, es un ser vivo porque es una parte del vientre que se alimenta como un fruto. La naturaleza es la tensión del hálito que da cuenta de las plantas, mientras que el alma es la tensión del hálito que da cuenta de los animales. En el nacimiento, el hálito que era vegetal se vuelve animal, porque se enfría por el aire ambiente. Los neoplatónicos Plotino y Porfirio se enfrentan a la tesis estoica, testimoniada por Hierocles, de que el hálito cambia de “naturaleza” a “alma” cuando, gracias al frío, se hace más sutil.