Abstract
Al amparo de una observación del fresco de Rafael Sanzio titulado la Stanza della Segnatura, se procura adelantar en el texto una reflexión sobre la práctica del diálogo entre los griegos de la antigüedad. Dicha reflexión pasa por un prurito de caracterización del género conocido con el nombre de "diálogo socrático". La conclusión a la que se llega no por ser conocida es irrelevante: un diálogo, en rigor, nunca termina. Al final se establece una serie de correspondencias entre la significación del acto de contemplación o el acto de recepción en aquel sujeto que, a distancia del tiempo y el espacio griegos, obra como observador o lector de una obra humana.