Abstract
La tensión entre libertad y seguridad, entre los deseos del colectivo frente a los del propio individuo, ha estado vigente desde el nacimiento de las sociedades humanas. Dos elementos antagónicos que se complementan, desde el ámbito político hasta en la psique, dicha lucha de contrarios es constante y difícilmente podemos desligarnos de la misma. La seguridad nace del deseo de salvaguardar la libertad; por lo que al fin y al cabo, se acaba autolimitado a ella misma, paradójicamente. El ser humano ha requerido del surgimiento de la segunda mencionada para poder combatir a los de su propia especie. La combinación de ambas categorías es la clave del éxito.