Abstract
En el presente trabajo nos focalizaremos en una posición particular con respecto a la responsabilidad ética que debemos a los vivientes no humanos. Se trata de la postura de Derrida. Estudiaremos la manera en que el pensador francés aborda la cuestión del animal, centrándonos en la relación entre el viviente humano y el viviente animal, y las violencias sacrificiales que el primero ejerce sobre el segundo. Analizaremos primeramente el concepto de genocidio animal, y cómo este se diferencia de las violencias más tradicionales hacia los animales. Veremos que Derrida describe a nuestra cultura como un «carno-falogocentrismo», donde la violencia hacia el animal tuvo siempre un lugar constitutivo, aunque en los últimos dos siglos atravesó transformaciones alarmantes. A continuación, consideraremos la compasión como reacción ante el genocidio; veremos que esta compasión no nos lleva hacia una erradicación total de la violencia, sino a una economía de ella que se rige por la pregunta «¿cómo comer bien?». Finalmente, nos plantearemos el interrogante acerca de los derechos animales, y observaremos que Derrida considera necesario pero insuficiente reconocer esos derechos.