Abstract
Este artículo explora el aporte educativo de los Talleres de creatividad visual que Antonio Caro (1950-2021) impartió en el país y en el exterior durante más de treinta años. A través de un novedoso programa pedagógico que recoge ideal de John Dewey de integrar de manera natural el arte y la vida, el artista logra democratizar el arte y potenciar las capacidades creativas consolidando nuevas posibilidades para la experiencia estética-educativa, la inclusión y el desarrollo de competencias de tipo social a través del diálogo y la participación activa. El objetivo es mostrar que esta práctica artística contemporánea incardina asuntos éticos y estéticos que permiten acercar la teoría educativa a la experiencia del arte en función de sus efectos y potencial pragmático. La metodología fue de tipo cualitativo y se circunscribe a una revisión documental exploratoria de fuentes impresas, electrónicas y audiovisuales. Los resultados permiten concluir que el contenido pedagógico de los talleres, al rehacerse y revisarse permanentemente, construye su propio método de investigación, abre rutas alternas a los modelos educativos del arte institucional, potencia la comunicabilidad y despliega tácticas que dan sentido y dirección a la vida permitiendo que el arte y la educación rehabiliten la dimensión de la experiencia que la razón moderna no pudo abarcar.