Abstract
El análisis de las revoluciones americana y francesa, en el pensamiento de Acton, se sitúa en un contexto más amplio de reflexiones sobre la historia entendida como una _lex continui_. Ahora, mientras la Revolución al otro lado del océano sigue un itinerario de continuidad hasta el punto de que podría definirse una especie de “superación- mantenimiento”, la francesa se presenta como un elemento de discontinuidad, una categoría que responde a una “superación-aniquilamiento” que pretende refundar _ex novo_ toda la sociedad y dar vida a un nuevo modelo de ciudadano. Es precisamente esta pretensión la que se encuentra en la raíz de su fracaso. Esta consideración sitúa a Acton en la línea de los liberal-demócratas que desde Edmund Burke llega hasta Tocqueville. Todos se preguntarán por qué la Revolución francesa, al menos en el primer instante, no surtió los mismos efectos que la americana.