Abstract
Con este artículo me propongo desenmascarar la metáfora del trasplante de la mente porque cada vez se hace menos evidente la neutralidad corporal en la que está fundada. En el primer apartado expongo la concepción de Moravec y de Kurzweil sobre el trasplante de la mente con el fin de mostrar que un mismo tipo de mente no puede existir en cuerpos con propiedades diferentes. Al contrario, al trasplantar la mente a un cuerpo artificial se abre la posibilidad de la descentralización de la identidad, pues se consigue mezclar diferentes identidades que provienen de un mismo cerebro. Para esto, me baso en la androide Bina48. En el segundo apartado, exploro la descentralización de la identidad a partir de la voz autobiográfica de los órganos artificiales del híbrido cibernético, basada en los argumentos expuestos en Natural-Born Cyborgs de Andy Clark. Así, en ese apartado explico en qué consiste el sentido narrativo de sí mismo.