Abstract
El artículo examina la visión de Santo Tomás de Aquino sobre la contemplación interpersonal, destacando su integración en la filosofía y teología. Inicia con el concepto del fin último, sosteniendo que la contemplación es esencial para alcanzar la verdadera felicidad y el propósito final de la vida. Distingue entre contemplación intelectual, enfocada en las verdades divinas, y contemplación amorosa, que busca una relación afectiva con lo divino. También explora las cuatro fases del amor de amistad y cómo contribuyen a una experiencia contemplativa más profunda. Además, analiza los diferentes grados de contemplación, desde la comunión y convivencia hasta la identidad personal, y diferencia la contemplación sobrenatural de la natural, destacando el papel de la gracia divina. Concluye con un análisis de la contemplación conyugal, mostrando cómo refleja y profundiza el amor en las relaciones personales.