Abstract
El ensayo es una réplica al artículo de Claude Romano «Après la chair». Sostengo en él que las dos objeciones fundamentales que el filósofo francés plantea a la comprensión husserliana del cuerpo vivido se basan en una interpretación incorrecta de la distinción entre Körper y Leib. La condición corpórea de los vivientes no alude en absoluto a la objetivación científica de los organismos, sino a la dimensión de cosa de la experiencia, perceptible, visible, tocable, que posee todo ser vivo en el mundo de la vida. La condición corporal de los vivientes, por su parte, no nace del fenómeno de las dobles sensaciones en que el cuerpo se toca a sí mismo, sino que remite a la condición espaciosa de la sensibilidad táctil que, al extenderse por principio, es el fundamento descriptivo de que puedan duplicarse las sensaciones en el contacto entre miembros corporales. La conclusión es que la pretendida superación de la fenomenología husserliana del cuerpo es, en este caso, una apuesta vacía.