Abstract
En los últimos años de su vida, Ricoeur, filósofo fundamental de la segunda parte del siglo XX, con sus trabajos desde la fenomenología hasta la hermenéutica del texto y de la acción, se vuelca de manera prolija y a la vez amorosa, sobre cuestiones centrales que atraviesan su obra, y que en este breve texto cobran un sentido que liga su filosofía de manera especial con su existencia concreta. Aún cuando se trata de un conjunto de papeles y documentos incompletos, tal vez, aparentemente inconexos, exponen la potente lucidez de quien, en el ocaso de su vida, reafirma el valor de la existencia desde distintos y a veces distantes tópicos que pueden ser comprendidos como coordenadas centrales de su producción intelectual. Las directrices de este pensamiento invitan al lector a un estado de complicidad con los espacios reflexivos delineados. Ciertamente se trata de una complicidad muy íntima, que nos involucra desde el escenario-horizonte de nuestra propia vida, su limitación-finitud y el diseño simbólico del más allá de la muerte.