Abstract
Los teólogos y juristas españoles de la primera modernidad criticaron duramente las condiciones de la trata de esclavos africanos. Fueron pioneros en rechazar las condiciones de venta, aunque todavía admitieron la institución de la esclavitud. También Francisco Suárez opinó al respecto, limitando la esclavitud de los negros por razones del bien común y compensando con un salario justo por sus trabajos en las minas. Hasta ahora se desconocía esta opinión de Suárez porque no hay escritos directos sino referencias de autores coetáneos. En este artículo seleccionamos argumentos de teólogos y juristas del siglo XVI y exponemos la solución de Suárez, rastreando las atribuciones. El probabilismo facilita conciliar la libertad de conciencia con la estabilidad de las instituciones sociales, en concreto con la institución de la esclavitud.