Abstract
El populismo latino proclama el principio de la unanimidad. Es inclusivo, pero puede volverse totalitario en nombre del pueblo. Puede tener una base popular e implementar políticas distributivas, pero su característica sobresaliente es la ambición de transformar a su pueblo en todo el pueblo. Animado por un impulso unanimista y una pulsión redentora, el populismo latino es un fenómeno que tiene profundas raíces religiosas. Estas raíces se basan en el humus antiguo de la cristiandad colonial hispana y evocan el imaginario organicista en que estaba basado, imaginario que, en el transcurso del tiempo, se ha levantado como un baluarte identitario contra la difusión de las ideas iluministas y liberales.