Abstract
Como forma de cuestionamiento social e ideológico, la modalidad parricida y alegórica se ha consolidado como una estética paradigmática en la narrativa contemporánea del Cono Sur. Caracterizadas por diversas posiciones identitarias, estas propuestas literarias dificultan la construcción de un lenguaje común. Bajo este contexto, el presente artículo realiza una revisión exhaustiva de las obras de autores como Andrés Neuman, Mauricio Electorat, Alejandra Costamagna, Lina Meruane y Patricio Pron, quienes exploran la reparación de los vínculos intersubjetivos. Como obra representativa de la tendencia, Poeta chileno de Alejandro Zambra crea un denominador común y articula un espacio de consenso donde distintos sujetos se comunican poética y afectivamente. Con base en las tesis de teóricos como Jean-Luc Nancy, Laclau, Mouffe y Merleau-Ponty, se demuestra cómo esta novela configura una comunidad heterogénea y desbordada que encuentra sentidos universales a partir de las particularidades, lo que auspicia un consenso diferencial entre los sujetos a pesar de sus discrepancias. La relación entre el padrastro y el hijastro proyecta una mirada afectiva y empática hacia el Otro, al hallar lo trascendental en las experiencias fragmentarias, lo cual perpetúa la búsqueda de un sentido sólido en la posmodernidad.