Abstract
El presente artículo propone una lectura del Eutidemo de Platón a partir de la escena que tiene lugar en el prólogo del diálogo, en el cual un personaje misterioso critica a Sócrates y a los hermanos erísticos por la conversación que acaba de tener lugar. Defenderé que esta figura anónima esconde a Isócrates, quien en Contra los sofistas y Encomio de Helena había atacado a todos los discípulos de Sócrates por dedicarse a un tipo de actividad intelectual a su juicio volcada a la pura disputa y sin utilidad para la vida cívica. Propondré que el Eutidemo constituye una respuesta a dicha crítica, en tanto que los dos modelos protrépticos de la obra le permiten a Platón distinguir su forma de emplear la dialéctica de la de otros de sus condiscípulos, principalmente los megáricos, así como sentar las bases de su proyecto filosófico-político fundado en el concepto de conocimiento.