Abstract
Este artículo pretende realizar una aproximación reflexiva a la filosofía trágica de Clément Rosset, insistiendo sobre todo en el giro sedicioso de su anti-ontología del simulacro como primer efecto de su empeño por asumir sin concesiones la realidad. El asunto se problematiza a partir de tres niveles: en primer lugar se presenta la crítica al «ideal naturalista», como modelo constructivo de sentido en forma prístina de rechazo a la realidad; en segundo lugar se revisa el debate abierto por el autor entre la realidad y su doble, como indudable búsqueda conciliadora con la realidad; finalmente se analizan los efectos considerados como «alegría de vivir», en tanto resultado de una reconciliación plena con la realidad, presentándose como marcado proceso de desontologización o en la búsqueda de una auténtica «ontología de la realidad». Se pretende contribuir en la revisión de una propuesta que nos invita a concebir otras formas de hacer filosofía y estilos diferentes de realización vital.