Abstract
Enfatizando la distinción entre “la política” y “lo político”, Ernesto Laclau corona su examen de los puntos ciegos de la tradición marxista con un elogio del populismo. Su proyecto de recentramiento de “lo político” no postula un comienzo marcado por un gran acontecimiento. Antes bien, Laclau pondera la fundamentación ontológica como el abismo de toda politicidad. Este ensayo evalúa críticamente la conjunción de maniobras deconstruccionistas y democrático-radicales a través de las cuales Laclau inviste el cuerpo del líder populista con un carácter extra-cotidiano. En términos de Laclau, de hecho, la política radical requiere la figura del líder populista que, ontológicamente, señala el camino hacia la emancipación. Sin embargo, se mostrará cómo la suposición de que el cuerpo del líder anima los inicios políticos y los canaliza primordialmente, restringe la anterior “profundización del proyecto materialista” de Laclau y excluye una consideración del papel que “los muchos” juegan en las fundaciones democráticas.