Abstract
Una vez aclarado qué entendemos por «utopía», adoptaremos la actitud fenomenológica para buscar el sentido de la interculturalidad en nuestro universo multicultural. Éste pierde su indiferencia cuando es comprendido e incorporado a nuestra praxis, gracias a la interculturalidad, la cual es, ante todo, un desafío moral. La centralidad del diálogo en la hermenéutica filosófica presta dinamicidad a este fenómeno. Nuestro ejercicio hermenéutico reactivará la fenomenología de la intersubjetividad como origen de la vida social y del encuentro entre culturas. Concluiremos defendiendo la necesidad de restaurar una universalidad concreta para que el multiculturalismo no se disuelva ni en el relativismo ni en el culturalismo y adquiera sentido como interculturalidad. No llegamos a ella espontáneamente, ni negando la cultura propia y adhiriéndonos a las otras, sino formándonos y configurándola en común conscientemente como proceso de identificación consciente en el seno de las diferencias.