Abstract
Los múltiples cuestionamientos en torno a la figura del hombre propugnada por el humanismo trajeron aparejada la pregunta por la cuestión animal ¿Hasta qué punto es posible contraponer a los animales a la figura del hombre? ¿Por qué nos resulta tan difícil desprendernos de nuestras viejas concepciones a pesar de la perseverancia de los movimientos antiespecistas? En este ensayo me propongo examinar los presupuestos que, desde el humanismo, mantuvieron alejado al hombre de su entorno y la forma en la que las nuevas perspectivas nos permiten flexibilizar los márgenes que delimitan lo humano y lo no-humano. Especialmente, me interesaría ahondar en torno a la posibilidad de repensar la forma en la que tradicionalmente se definió a la categoría animal y cómo dicha definición afecta enormemente nuestra autopercepción, buscando una complejización y apertura a nuevas modos de entender la subjetividad.