Abstract
Habida cuenta de los intensos debates de los años '60 y '70, al interior de la tradición anglosajona en filosofía de la ciencia, y que minaron los postulados más básicos de la Concepción Heredada, apareció la necesidad de explicar el desarrollo de la ciencia en la historia, es decir el despliegue mismo de la racionalidad científica. Las epistemologías evolucionistas constituyen uno de esos intentos, aunque de su analogía con la teoría de la evolución biológica surge como problema el desajuste de explicar una empresa teleológica mediante un modelo no teleológico. En este trabajo se realiza un polemica imaginaria entre un epistemólogo evolucionista y otro que no lo es respecto de la cuestión del progreso de la ciencia: el primero, comprometido ontológicamente con un punto de vista evolucionista, mientras que el segundo realiza sólo una analogía.