Abstract
A lo largo de la Historia, el deporte y la religión han caminado de la mano desde sus orígenes. Heracles en la antigua Grecia y los atletas olímpicos y paralímpicos en nuestros días simbolizan la superación personal y la lucha por ser los mejores en las grandes competiciones donde se ponen a prueba los límites del cuerpo humano. Así, el lema olímpico “Citius, Altius, Fortius” enfatiza estas inclinaciones. Teniendo en cuenta que, junto a este lema que personifica las aspiraciones de los atletas que participan en los Juegos, la Carta Olímpica sitúa en el centro de su labor la dignidad humana, analizaremos de qué manera se conjugan en nuestros días el factor religioso, el uso de la Inteligencia Artificial y las nuevas tecnologías en los Juegos Modernos a través del respeto a la dignidad y el cuerpo humanos.