Fides et Ratio en el argumento anselmiano del
Abstract
Anselmo se propuso con el Proslogion la exposición de un único argumento que tuviese en sí mismo la evidencia de su propia validez, sin tener que recurrir a ulteriores principios, y que en su sencillez, correspondiese a la unicidad y absolutidad de la Revelación. Quería pasar de la demostración agustiniana del “quod vere sit Deus” al quod necesse sit ut Deus sit, como se desprende del título del tercer capítulo: “quod non possit cogitari non esse”, pues no poder pensar que Dios no existe implica que existe necesariamente. El Doctor magnífico quiso construir una argumentación necesaria y no sólo probable. La Escolástica distingue la razón necesaria y la de conveniencia. La primera se refiere a la verdad accesible a las leyes del pensamiento; la segunda escapa a estas leyes y, en consecuencia, establece cierta analogía de proporcionalidad o conveniencia. Ahora bien, Anselmo se encuentra a su modo en una posición intermedia. Por un lado, puede proponer razones necesarias, en cuanto están fundadas en la revelación de la Escritura y en cuanto su certeza es absoluta; por otro lado, sus razones son de conveniencia, en cuanto su discurso sobre Dios queda siempre abierto. Este modo de razonar lo diferencia de Kant, quien invalidó el argumento ontológico. Para el filósofo alemán el paso ilegítimo del pensar al ser surge de su concepción de la existencia como posición absoluta; mientras que Anselmo puede dar ese paso legítimamente al considerar la existencia como perfección absoluta, que no puede reducirse a un predicado real