Abstract
Tomando como motivo de fondo de la reflexión el mito de Pigmalión, el presente artículo aborda la pregunta por el Otro tomando como base la posibilidad de que el Otro virtual realizado pudiese sustituir e incluso suplantar, en el deseo, al Otro por sí mismo. Se intentará mostrar que las dicotomías entre vivo-muerto, real-irreal o verdadero-falso resultan muy insuficientes para comprender la cuestión de “el Otro”, pues la figuración de este “Otro” en el ámbito de lo imaginario es más poderosa y relevante que los rasgos ónticos de su presencia directa y fáctica. La posibilidad, al menos experimental, de jugar al “Otro” implica un desafío enorme, en la medida en que puede hundir en el desastre de un narcisismo ilimitado y de una soledad desesperada, pero también puede ofrecer una opción terapéutica, si se conjugan ciertos factores. Por otra parte, el rodeo a través del Otro virtual permite preparar la base para una pregunta filosófica de gran alcance, en tanto nos permita justamente plantear fenomenológica y dialécticamente la cuestión del Otro. El material de base para el artículo es un documental de ZDF para el Canal Arte titulado Traumfrauen, que expone los rasgos básicos de la convivencia entre Dean Bean y sus Sexdolls.