Endoxa 45:77 (
2020)
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Abstract
El Espíritu es enteramente individual y activo, no una abstracción de la naturaleza humana, y absolutamente vivo, una conciencia cuya existencia consiste en tenerse a sí misma por objeto -pontifica Hegel-, que se hace una determinada representación esencial de sí, en gemación como alma, latente inmaterialidad de la materia, vida psíquica difusiva en progreso desde el estado de conciencia oscura que transluce la sensación al imperio unilateral de exacerbados sentimientos de sí, estigmas de desorden en el despliegue del Espíritu, inadaptado a un mundo sistemáticamente organizado y capaz de desprenderse de todo contenido finito. La profética visión del arte como modalidad sensible de expresión de lo no-espiritual al ser asumido imaginariamente por el Espíritu absoluto subyace en el Epipsychidion de Shelley