Abstract
El presente artículo es una elaboración teórica descriptiva que desarrolla una aproximación filosófica antropológica del símbolo-religioso. El objetivo de este artículo apunta a identificar que la simbología-religiosa es requerida por el ser humano de modo perenne, en relación a la búsqueda de significados suficientes para dotar de interpretación y valor a la realidad, con la finalidad de construir una cultura estable para el existir. En función de dicho propósito se establece que el símbolo adviene desde la dimensión imaginal (Chillón, 2010) de la inteligencia, extendiéndose hacia sectores que los conceptos y la productividad racional no logran abordar. Al respecto, el manuscrito establece que, comprender la función de la simbología desde su procedencia original en la experiencia religiosa, significa contribuir a la comprensión del resurgir religioso manifestado en la posmodernidad, aún a las condiciones de cambio continuo y la ausencia de direcciones sólidamente definidas (Bauman, 1996). Se establece que las mediaciones simbólicas-religiosas, conservan intacta su tarea de transitar el vínculo entre el ser humano y el misterio trascendente (Chillón, 2010; Diez de Velasco, Méndez, & Maffesoli; 2007; Mardones, 1996), a objeto de orientar la vida humana integralmente.