Abstract

El ser humano se ha debatido entre lo que ha creído, cree y seguirá creyendo; pero, particularmente sobre la existencia de Dios, lo hace a su conveniencia. Cuando observan la naturaleza o el universo pueden preguntarse si surgió de una explosión hace millones de años o es creación de Dios. Filósofos, científicos y personas del común siguen buscando respuestas a sus preguntas. Es “el hombre en busca de sentido como lo propone Víctor Frank, y agrega, que, … hay en él [en el hombre] una espiritualidad inconsciente: la presencia ignorada de Dios”. Es el ser humano que ha decidido ignorar, poner en duda, o negar radicalmente, la existencia de Dios, más aún cuando el mal prevalece en el mundo. No se podría negar la existencia de algo, o de alguien, que no existe. “Nadie niega a Dios, sino aquel a quien no le conviene que Dios exista” (Agustín de Hipona). “Es un nuevo ateísmo enfrentando la fe y la razón” (Antonio Cruz). “La existencia de Dios es evidente en sí misma” (Tomas de Aquino). “Tiene que haber una causa inexorable de lo creado… y ese ser sería Dios” (Aristóteles). “Mi conciencia está ligada a la palabra de Dios” (Martin Lutero). “… desde la creación del mundo conocieron a Dios, pero no quisieron adorarlo como Dios ni darle gracias. En cambio, comenzaron a inventar ideas necias sobre Dios” (Romanos 1). “Yo Soy el que Soy” (Éxodo 3:14), así define Dios Su propia existencia, creíble y conveniente.