Abstract
Enseñar el Holocausto en la Educación Secundaria es una tarea irrenunciable al tiempo que compleja, por su condición de acontecimiento extremo y casi inefable. El tratamiento de la Historia desde el punto de vista de los vencidos y la memoria como herramienta movilizadora, ofrecen posibilidades educativas muy valiosas para afrontar la enseñanza del Holocausto. Lo mismo ocurre con la educación en valores democráticos, que se presenta como una tarea necesaria en un contexto, el actual, de renacimiento de los movimientos neofascistas y de extrema derecha, y de banalización y negación del genocidio judío. Para este cometido, la fotografía se presenta como una fuente de información primaria útil para llevar el método histórico al aula y como un recurso didáctico motivador en una sociedad híper saturada de imágenes.