Abstract
Francisco de Vitoria, no por su catalogación como teólogo, deja de ser auténtico filósofo; no por haber vivido en el siglo xvi, se encuentra desvinculado de la temática más candente de nuestra actualidad; no por vestir unos hábitos religiosos y vivirenmarcado en un régimen imperialista e inquisitorial, se encontró maniatado o coaccionado en sus ideas y pensamiento. En algunos puntos se encontró, incluso, más avanzado que nosotros mismos. Y. en todo caso, como asegura James Brown Scott, "la escuela moderna del Derecho Internacional surgió a la vida" gracias a que hubo un "primero que expuso los principios que deberían regir"; y ése no es otro que Francisco de Vitoria