Abstract
Desde el descubrimiento de los estímulos supernormales hasta nuestros días, la variabilidad de su finalidad se ha visto comprometida por los diferentes sectores o disciplinas que se han aprovechado de ellos. Han sido aplicados unas veces con resultado positivo y otro negativo para el ser humano, independientemente de su finalidad. En este escrito señalamos su uso en el campo estético en general y artístico en particular, analizando experiencias estéticas relacionadas con la publicidad, la redes sociales, el cine y, específicamente el caso del porno y el belkitsch. Para esta consecución, hacemos uso de los resultados interdisciplinares de diversas investigaciones neurocientíficas, psicológicas, artístico-estéticas y hermenéuticas, así como de un empirismo pragmático y didáctico, aplicando esta ecuación a la explicación de nuestra hipótesis. Entendemos la transversalidad como la clave del procesamiento de cualquier experiencia en general y sobre todo estética.