Abstract
En el presente artículo me ocupo de la discusión acerca de cuán exigentes son nuestras obligaciones de contribuir con dinero y tiempo a las agencias humanitarias que asisten a personas en situación de pobreza extrema en el mundo. Defiendo una posición intermedia, moderada, frente a la posición extrema formulada por Peter Singer y frente a la posición según la cual nuestras obligaciones son mínimas. La objeción principal contra esas dos posiciones es que, cuando analizan la situación en que los potenciales donantes se encuentran frente a las personas en situación de pobreza extrema, omiten el carácter iterativo que es propio de esa situación. La posición moderada, en cambio, tiene en cuenta ese carácter, gracias a que entiende a nuestras obligaciones hacia los pobres globales como obligaciones imperfectas. In this article I engage in the debate about the demandingness of our duties to contribute with money and time to humanitarian agencies that assist people who live in extreme poverty around the world. I defend an intermediate, moderate, view against Peter Singer's extreme view, and also against the view according to which our duties are minimal. The main objection regarding those two views is that, when they analyze the situation in which potential donors are vis-à-vis people who live in extreme poverty, they miss its distinctive iterative character. The moderate view, on the contrary, pays heed to that character, thanks to its account of our duties towards the global poor as imperfect duties