Abstract
La ley jurídica preserva sorprendentemente un contenido de ínsita verdad y solidez, caracteres de los que aún la ley científica, siempre hipotética y provisoria, ya no presume. En el presente artículo se pretende esbozar un camino hacia la explicación de este anacronismo, a través de las modalidades asumidas por la ley para hacer regir las regularidades del mundo. La ley es una estrategia para controlar el espacio y eludir el tiempo. Cada época ha tenido sus formas de llevar a cabo ese control / elusión, desde una certeza original que le sirva de ubicación y referencia. Los valores de la ley están relacionados con el residuo de cada una de las certezas originales sobre las que se instauró históricamente. A fin de obtener dichos fines, necesita tanto de la sedimentación de las sucesivas capas de venerabilidad, como del ahogo de la memoria y del tiempo y de la historia que las han concebido y desarrollado