Abstract
El artículo analiza el derecho al agua y su importancia, no sólo para la supervivencia humana, sino para el desarrollo económico sostenible, de ahí que se esperaba que Río+20 avanzara en la protección del derecho del agua: un derecho de todos, incluso de las generaciones futuras. Pero lo cierto es que ha sido una oportunidad perdida, en un mundo en el que según la ONU, 884 millones de personas no tienen garantizado el acceso seguro a aguas potables y 2.600 millones no disponen de servicios básicos de saneamiento.